
Cuando se escucha hablar del desierto (lo primero que se piensa es que no tiene vida). Sin embargo esto no es verdad. En Perú, millones de años de evolución han llevado a una increíble adaptación de la biodiversidad a ese ambiente. Esto conlleva a tener ecosistemas viviendo felizmente en plenos desierto de dunas y/o piedras, sin nada a su alrededor. La única breve compañía son aquellos momentos cuando la humedad costera alcanza lugares específicos.
Dentro de las plantas adaptadas a condiciones extremas, estan las tilandsias (o achupallas), como por ejemplo Tillandsia latifolia, Tillandsia purpurea, Tillandsia aff. capillaris. Estas viven bajo el sol abrazante, alimentándose de la neblina – durante la noche o durante suaves días de invierno. Es impresionante ver cómo viven encima de otras plantas o sobre pendientes inaccesibles – parece que fuesen ‘almas’ de plantas sin conexión con la realidad!
Además, bajo estas condiciones también crecen especies de cactus endémicos (que solo crecen en Perú). Por ejemplo, Armatocereus procerus, que puede crecer hasta 10 metros de altura, and “Ulluquite” (Neoraimondia arequipensis) que produce frutas comestibles, cuya producción total son toneladas. Algunos cactus tienen tal vez cientos de años de edad.
Dentro de los animales que habitan estos ecosistemas marginales de Ica están: Pseudalsophis elegans, una tímida culebra, no venenosa;geckos (Phyllodactylus gerrhopygus) durante la noche.
Durante el día, se avistan aves como Geositta peruviana, cuyo color a evolucionado perfectamente con la geología de su alrededor. Con paciencia uno también puede ver al colibrí Rhodopis vesper, al aguila Geranoaetus melanoleucus, zorros (Lycalopex culpaeus), e incluso mariposas como Pontia, las cuales habitan en este “paisaje de ensueño”, brindado por cactus y tillandsiales.
Los ecosistemas desérticos son muy beneficiosos para nuestra biodiversidad, pero a la vez tienden a ser muy frágiles. Ellos nos brindan servicios ecosistémicos a toda la agrobiodiversidad (Valle bajo de Ica), y es por eso que su protección es de vital importancia!
Escrito por Hudson Yonjoy (estudiante de Ciencias Biológicas, UNICA) & Alfonso Orellana (Coordinador Área de Investigación y especialista en conservación de flora nativa-Cónica)